Lo inesperado
Joaquín CampsSinopsis de Lo inesperado
Estimado lector, te confieso que disfruto mucho escribiendo thrillers, y tengo la suerte de que una gran editorial, Planeta, me los publica (La última confidencia del escritor Hugo Mendoza, La silueta del olvido, La oscuridad que habita en mí). Pero más allá del thriller, hay vida. Por eso estamos aquí.
Las tres novelas que te presento a continuación (Lo inesperado, Ada. Sin hache, Hombre-pez) son proyectos muy diferentes entre sí, tanto en trama como en estilo, y aunque en todos ellos hay un componente de misterio, no son thrillers. Quizás solo haya un adjetivo que pueda abarcar a estas tres obras conjuntamente: intimistas.
Y como todo lo realmente íntimo, he preferido mantenerlo puro.
Por eso no he querido que nadie intervenga en el camino que va desde mi mente hasta tu mente. Yo escribí estas tres novelas, pero también las he editado, maquetado, diseñé portadas y contraportadas, las he corregido e incluso hice las fotografías que lucen dos de sus cubiertas. Quería ser el único responsable de lo que aquí te presento.
Me cuesta mucho describir estas tres obras. Voy a intentarlo, pero te animo a que hagas uso del botón “Leer muestra-Echar un vistazo”, el cual permite no comprar a ciegas. Creo que zambullirte en el arranque de una novela es la mejor manera de saber si conectas o no con ella, y lo último que quiero es que alguien compre uno de mis libros sin conectar con él.
Lo inesperado. Esta es una historia de amor y desamor. O sea, es una novela romántica (aunque escrita con un estilo muy poco habitual en el género) aderezada con una trama de misterio y bastante humor. Por Lo inesperado siento un cariño especial, quizás porque, aunque es una obra de ficción, atesora muchas vivencias personales: la escribí tras una ruptura sentimental llena de intensidad y confusión (recordemos al poeta, nada sabe de amor quien vuelve vivo), pero también rica en situaciones cómicas, que por supuesto, solo te hacen reír una vez pasado el temporal (recordemos a Woody Allen, la comedia es igual a tragedia más tiempo).
Ada. Sin hache. Si tuviese que definir esta novela con una sola palabra lo tendría claro: odisea. Ada es una chica valenciana que se va a vivir a San Sebastián para casarse con el hombre que ama. Un día, de sopetón, sin previo aviso, él la deja. Ada, para intentar entender lo que ha pasado, emprende un viaje físico muy particular... tan particular, que poco a poco ese viaje físico se va convirtiendo en un viaje de otro tipo. En una odisea incisiva, que taja a Ada para metérsele muy adentro. Todos los misterios que se abren al principio de la novela se resuelven al final, prometido. Por cierto: si el lector llega a la página 161 del libro, entenderá por qué esta obra es tan personal. Tan íntima.
Hombre-pez. Es un proyecto más arriesgado, que solo puedo definir de una manera: hombre-pez soy yo. ¿Te atreves?
Por último, quiero pedir por anticipado disculpas: si el lector encuentra algún error en estas tres novelas... perdón. Ya lo dije, soy el único responsable de estos tres libros. Las revisiones que he realizado han sido exhaustivas, pero no ha intervenido nadie externo en ellas, y eso implica un peaje (que he intentado sea mínimo).
Me despido ya, no sin antes expresar un sentimiento que me nace del corazón: gracias por leerme, gracias por meterte dentro de mí... y dejar que yo me meta dentro de ti.
Las tres novelas que te presento a continuación (Lo inesperado, Ada. Sin hache, Hombre-pez) son proyectos muy diferentes entre sí, tanto en trama como en estilo, y aunque en todos ellos hay un componente de misterio, no son thrillers. Quizás solo haya un adjetivo que pueda abarcar a estas tres obras conjuntamente: intimistas.
Y como todo lo realmente íntimo, he preferido mantenerlo puro.
Por eso no he querido que nadie intervenga en el camino que va desde mi mente hasta tu mente. Yo escribí estas tres novelas, pero también las he editado, maquetado, diseñé portadas y contraportadas, las he corregido e incluso hice las fotografías que lucen dos de sus cubiertas. Quería ser el único responsable de lo que aquí te presento.
Me cuesta mucho describir estas tres obras. Voy a intentarlo, pero te animo a que hagas uso del botón “Leer muestra-Echar un vistazo”, el cual permite no comprar a ciegas. Creo que zambullirte en el arranque de una novela es la mejor manera de saber si conectas o no con ella, y lo último que quiero es que alguien compre uno de mis libros sin conectar con él.
Lo inesperado. Esta es una historia de amor y desamor. O sea, es una novela romántica (aunque escrita con un estilo muy poco habitual en el género) aderezada con una trama de misterio y bastante humor. Por Lo inesperado siento un cariño especial, quizás porque, aunque es una obra de ficción, atesora muchas vivencias personales: la escribí tras una ruptura sentimental llena de intensidad y confusión (recordemos al poeta, nada sabe de amor quien vuelve vivo), pero también rica en situaciones cómicas, que por supuesto, solo te hacen reír una vez pasado el temporal (recordemos a Woody Allen, la comedia es igual a tragedia más tiempo).
Ada. Sin hache. Si tuviese que definir esta novela con una sola palabra lo tendría claro: odisea. Ada es una chica valenciana que se va a vivir a San Sebastián para casarse con el hombre que ama. Un día, de sopetón, sin previo aviso, él la deja. Ada, para intentar entender lo que ha pasado, emprende un viaje físico muy particular... tan particular, que poco a poco ese viaje físico se va convirtiendo en un viaje de otro tipo. En una odisea incisiva, que taja a Ada para metérsele muy adentro. Todos los misterios que se abren al principio de la novela se resuelven al final, prometido. Por cierto: si el lector llega a la página 161 del libro, entenderá por qué esta obra es tan personal. Tan íntima.
Hombre-pez. Es un proyecto más arriesgado, que solo puedo definir de una manera: hombre-pez soy yo. ¿Te atreves?
Por último, quiero pedir por anticipado disculpas: si el lector encuentra algún error en estas tres novelas... perdón. Ya lo dije, soy el único responsable de estos tres libros. Las revisiones que he realizado han sido exhaustivas, pero no ha intervenido nadie externo en ellas, y eso implica un peaje (que he intentado sea mínimo).
Me despido ya, no sin antes expresar un sentimiento que me nace del corazón: gracias por leerme, gracias por meterte dentro de mí... y dejar que yo me meta dentro de ti.