AMLO: «El pacto silencioso con los pueblos originarios»

EL HIJO DE LA TIERRA

CRECIMIENTO ECONÓMICO, Megaproyectos de infraestructura, PARIDAD PESO DÓLAR A LA BAJA, Equilibrio Macroeconómico, CERO ENDEUDAMIENTO, Aprobación creciente...

¿Qué inspira a AMLO? ¿Cuál es la clave de su éxito político? ¿CUÁL ES EL PODER MÍSTICO QUE LO AUSPICIA?

Desde hace muchos años se barajea la idea de un posible despertar del México Profundo. Despertar los verdaderos valores de la antigua sabiduría, de aquella filosofía que antaño diera fama y gloria al México antiguo. Se han escrito famosos libros anunciando un cambio de cosmovisión, una nueva manera de percibir la vida, la existencia y el universo.
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Desde la metáfora de la obra intitulada: «La Mujer dormida debe dar a luz» de Ayocuan, pasando por los «Educadores del Mundo» de Ignacio Magaloni Duarte, hasta: «México, cuna de la civilización universal» de Jorge Joseph Piedra, entre otros, hablan de la grandeza histórica de México, de su influencia en todo el continente de Anáhuac (América) y del mundo.

Sin embargo, también existen versiones históricas de un pueblo vulnerado, sumido en la vorágine de un oscuro abismo, como la emitida por el comentarista fray Bernardino de Sahagún hace ya 500 años:

«Mis dedos están rígidos por la edad, ya no puedo escribir…La humanidad ignorará siempre lo que ha sido este gran pueblo. Nuestra civilización le ha asestado un golpe tan rudo que no se podrá levantar y, puede ser, que jamás se sepa qué gran cultura intelectual había alcanzado».

Algunos sabios Toltecas que siempre se han mantenido en el anonimato, por la naturaleza de sus enseñanzas, han visto en la llegada de AMLO a la presidencia de México, la señal de una nueva etapa histórica, la transición y la consecuente construcción de un puente que vinculará al ser humano para retornar y volver a ser un «hijo de la tierra».

AMLO ha pactado en silencio, con los antiguos sabios del Anáhuac. A pactado la reivindicación de los antiguos ideales que nutren la Cosmovisión de las culturas milenarias. En toda su carrera política ha recibido humildes enseñanzas de los herederos de un enorme caudal de conocimientos fundamentados en elevados pensamientos de espiritualidad, ascetismo y austeridad, muchas veces por necesidad, otras por adaptación a las condiciones impuestas por los «vencedores» y por la casta naciente de la guerra no declarada de hace 500 años.