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Los girasoles ciegos: 354 (Narrativas hispánicas)

Sinopsis de Los girasoles ciegos: 354 (Narrativas hispánicas)

Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías. Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.

Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera niña embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido.

Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita aquiescencia y la aquiescencia necesita la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: los muertos. Pero los muertos de nuestra posguerra ya están resueltos en cifras oficiales, aunque ya es hora de que empecemos a recordar que sabemos.

Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante intento de hacerlo desde la literatura.

Premio Nacional de Literatura 2005, Premio de la Crítica 2005, Premio Setenil 2004.

FICHA TÉCNICA

Temáticas

Literatura y ficción, Teatro

Publicación

Invalid Date

Idioma

Español

Formato

14.22 x 1.14 x 21.89 cm

Editorial

Editorial Anagrama; N.º: 39 edición (1 enero 2004)

ISBN

978-8433968555

Páginas

160 páginas

Edad

A partir de 1 año

Los girasoles ciegos: una mirada profunda a la posguerra

El libro Los girasoles ciegos de Alberto Méndez se presenta como una obra sombría y conmovedora que nos transporta a un periodo crítico de la historia española: la posguerra. En sus páginas se encuentran relatos que no solo buscan narrar, sino también recordar las verdades silenciadas de una sociedad marcada por el dolor, el miedo y la resignación.

La esencia de la posguerra en cuatro historias

Méndez elige entrelazar cuatro relatos que, aunque distintos en sus narradores y estilos, se sostienen sobre una temática unificadora: la derrota. Nos encontramos con un capitán del ejército de Franco que, en un giro inesperado, decide renunciar a su triunfo. Este personaje se convierte en un símbolo de la tristeza de aquellos que no pudieron disfrutar de una victoria amarga, una victoria que se construyó sobre el sufrimiento de muchos.

En la historia del niño poeta, el autor nos muestra la crudeza del crecimiento y la pérdida. Este personaje es testigo de su propia madurez a medida que la guerra y sus efectos lo obligan a confrontar realidades desgarradoras. El terror y la tristeza quedan reflejados en su huida, donde la inocencia se encuentra con crueles verdades.

La cárcel como escenario de resistencia

El tercer relato nos lleva a la cárcel de Porlier, un lugar que se convierte en símbolo de la resistencia espiritual. El preso que se niega a aceptar la impostura representa a aquellas almas que, a pesar de estar físicamente atrapadas, se han rebelado en su interior. Este personaje revela el horror de ser testigo de la opresión, manteniéndose fiel a sus convicciones morales. La cárcel se convierte en un microcosmos de la sociedad española, donde el miedo prevalece, pero también la dignidad.

El fascismo y la lascivia en la narrativa

Por último, el diácono rijoso, que enmascara su lascivia tras el puritanismo, añade un matiz intrigante a la obra. Representa las contradicciones de una época que no solo se definió por el conflicto armado, sino por las luchas internas de aquellos que pretendían vivir en un mundo destrozado. Esta caracterización permite a Méndez explorar la hipocresía que existía en la moral de muchos durante la dictadura, desnudando las verdades ocultas tras una fachada de orden y control.

Verdad y ficción: un delicado equilibrio

En Los girasoles ciegos, Alberto Méndez ofrece un ejercicio literario que juega con la línea entre la verdad y la ficción. A través de sus narraciones, plantea que “todo lo que se narra es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto”. Este concepto invita al lector a reflexionar sobre la naturaleza de la memoria histórica y las interpretaciones que hacemos de ella. La estadística, la versión oficial de los hechos, no puede abarcar la complejidad de las experiencias individuales.

Un ajuste de cuentas con la memoria

Una de las características más sobresalientes de la obra es que actúa como un ajuste de cuentas con la memoria colectiva. Méndez, al abordar estas historias desde la literatura, busca que el lector no solo reconozca los sucesos, sino que sienta el peso emocional que conllevan. Este enfoque es crucial en una sociedad que, aunque ha avanzado, aún guarda muchas heridas abiertas.

Premios y reconocimientos

La obra fue premiada con el Premio Nacional de Literatura 2005, el Premio de la Crítica 2005 y el Premio Setenil 2004, lo que refuerza su valor literario y su significancia dentro de la narrativa hispánica. Estos reconocimientos destacan la habilidad de Méndez para capturar la esencia de un tiempo y un lugar, invitando a la reflexión sobre nuestro pasado y sus repercusiones en el presente.

Conclusión

En definitiva, Los girasoles ciegos es un testimonio de la lucha interna y la resistencia de aquellos que vivieron en una época de terror y represión. La habilidad de Alberto Méndez para narrar estas historias de forma sincera y profunda convierte a la obra en una lectura imprescindible para aquellos que buscan entender las cicatrices que la historia ha dejado en la memoria colectiva. La prosa de Méndez resulta un faro que ilumina las sombras del pasado y nos recuerda que, aunque es doloroso, recordar es también un acto de valentía.